La vida es un musical

Posiblemente a todos los que sois aficionados al baile os gustarán los musicales, un género teatral y cinematográfico en el que durante el transcurso de la historia los personajes cantan y bailan. A mí, personalmente, me encantan.

Los musicales tienen un origen angloamericano aunque han bebido de géneros musicales que existían anteriormente en el siglo XIX como la Ópera cómica, la Opereta, la Zarzuela, la comedia musical...

La gran explosión del musical en el cine sucede cuando en los Años 30 comienzan a aparecer las primeras películas sonoras. Y desde entonces en Hollywood se dedicaron a producir musicales como rosquillas, porque, sin ninguna duda, el musical es un género made in USA por antonomasia. Quién no ha visto alguna vez películas del genial Fred Astaire junto a Ginger Rogers o del gran Gene Kelly, o de Ann Miller o Cyd Charisse, por citar a algunos de los clásicos y pioneros.

Durante las décadas de los años 30, 40, 50 y 60 se sucedieron varias películas musicales con éxitos rotundos como Melodías de Broadway, Sombreo de Copa, Un día en Nueva York, Cantando bajo la lluvia, West side story...

Pero al llegar los 70 el musical empezó a decaer a pesar de que se produjeron títulos como Cabaret, Fiebre del sábado noche, Grease, Hair, Fama ...

Y finalmente, con la llegada del siglo XXI parece que el musical vuelve a coger algo de fuerza y aparecen títulos como Chicago, Moulin Rouge, Hairspray...

Casi siempre los musicales me dejan un muy buen sabor de boca, transmiten energía positiva y esa mezcla de música y baile es un antídoto contra el aburrimiento.
Así que ahora que se acercan las vacaciones de Semana Santa, teniendo en cuenta que hay más tiempo libre y que está claro que el buen clima no va a acompañarnos a todos en todas las partes, un buen plan para una tarde/noche puede ser rescatar alguno de estos títulos y, por supuesto, ponerse de pie e intentar mover el cuerpo al compás de la música.
Yo, por si acaso, ya tengo mi copia de Grease preparada y le voy a dar al play en cuanto acabe este post, no sin antes dejaros una pildorita para que os animéis... ¡ qué baileis muuuuuuuuchooooooooooooo !